sábado, 29 de noviembre de 2014

Trabajo sobre cuatro leyendas urbanas

A continuación, les presento parte de un trabajo realizado para la asignatura de Introducción a los textos literarios. En él expuse sobre cuatro leyendas urbanas recurrentes en Latinoamérica, a saber: la Rubia de Kennedy, la Yumbina, la Burundanga y el Viejo del saco.

Si desea leer el trabajo completo, descargue aquí.

La Rubia de Kennedy

En Chile corría el año 1979, había una aparente tranquilidad y una falsa creencia de prosperidad dada por supuesta bonanza económica -para algunos-, pero en realidad el país estaba convulsionado en diversos planos por la situación que se vivía en plena dictadura. 

En este contexto, se comenzó a hablar de una serie de apariciones que se producían en una de las burbujas de la capital: el barrio alto, en el sector de Avenida Presidente Kennedy, en el tramo compuesto entre Avenida Américo Vespucio y la calle Gerónimo de Alderete. Automovilistas, en su mayoría taxistas, comenzaron a hablar que al transitar por ese sector en horas de la noche solían ver lo que parecía ser una muchacha caminando por la vía. La imagen causó interés y miedo. Las personas que aseguraron haber interactuado con la mujer coincidían en que vestía un abrigo blanco, que a veces dejaba entrever un vestido también blanco. Era rubia y de una belleza “mágica”,

Los automovilistas conducían por Avenida Kennedy al momento de toparse con una mujer descrita por ellos mismos como rodeada de un aura celestial. La rubia pedía ser llevada sin especificar el lugar al que iba -aunque a veces pedía ser llevada a un supermercado-. Una vez arriba, todo marchaba bien hasta que el conductor comenzaba a acelerar, y la muchacha, asustada y con un dejo de terror en su voz, pedía que por favor bajara la velocidad; el chofer, compungido, la reducía, y luego de un par de kilómetros la chica desaparecía del vehículo en movimiento sin dejar otro rastro más que intenso y exquisito perfume, lo que por supuesto dejaba a las personas que la llevaban aterradas y sin poder comprender la situación de la que habían sido testigos.

Conforme la noticia se iba haciendo conocida, no pasó demasiado tiempo para que se bautizara a la espectral y rubia figura como la “rubia de Kennedy”, y cada vez aparecía más gente que aseguraba haber visto o llevado en su automóvil a la rubia, lo que obviamente hizo que los acontecimientos aparecieran una y otra vez en los medios, es más, fueron tantas las personas que aseguraban la veracidad de la historia, ya sea porque lo vivieron personalmente o porque algún conocido les narrara lo sucedido, que incluso la 17a Comisaría de Las Tranqueras se vio inundada de constancias dejadas por los testigos del suceso. De hecho, hasta el día de hoy se mantiene en páginas de internet el nombre de dos taxistas que fueron a declarar: Miguel Castañer y Carlos Sanhueza, quienes además aportaron con su testimonio en una entrevista al diario La Segunda (obviamente me fue imposible conseguir detalles sobre ellos o sobre la entrevista). Este diario también fue el que dio a conocer la “verdadera” identidad de la mujer. 
Todo lo que se dijo y se ha hecho saber sobre esta leyenda en cuanto a lo aparecido en periódicos y otros medios de comunicación de la época y que se mantiene hasta hoy, no son más que suposiciones e invenciones para dotar a la historia de cierto grado de verosimilitud. Existen tres posibles orígenes para esta leyenda en las variantes de nuestro país, estas son:

Se dijo hasta el cansancio, que la identidad de la rubia era la de una mujer llamada Marta Infante. Esta mujer supuestamente fue una empleada de la Corporación de la Madera, quien falleció -según se dice- en un accidente de tránsito que al parecer habría ocurrido en Avenida Kennedy el 8 de agosto de 1978. Como pensé que iba a ser fácil corroborar o desmentir esta parte de la historia, me decidí a enviar un correo a la Corporación de la Madera, preguntando si había trabajado con ellos alguien con ese nombre; unos cuantos días después recibí respuesta de Katia Berdichewsky, Gerente de Comunicaciones de la Corporación. En el escueto correo de respuesta me dijo que, según sus registros, nunca trabajó con ellos una Marta Infante.




Se dijo también que un grupo de estudiantes universitarios, quienes, como parte de un trabajo para su clase de Sociología, corrieron el rumor de esta historia con el fin de ver cómo reaccionaría la gente al respecto.


Por último, se habló de lo que a mi gusto resulta ser la más descabellada excusa para explicar el origen de esta leyenda urbana; esta dice que la aparición correspondía a una alemana que vivió a principios del siglo XX en el sur, pero -quién sabe cómo- apareció en un bosque ubicado en lo que ahora corresponde a Avenida Kennedy, pensando encontrarse con su hermano, pues tenía con él un amorío escondido y prohibido, sin embargo, en lugar de su hermano apareció el Trauco, quien procede a violarla y luego, junto a sus secuaces a asesinarla.


Lo más probable es que ninguna de las dos restantes sea cierta, pues este relato está basado en la “Autoestopista Fantasma”, leyenda ampliamente conocida en distintas partes del mundo. Presenta variaciones por ejemplo el medio de transporte utilizado, pues aunque la mayoría de las veces es un automóvil, a veces es una motocicleta. También hay cambios con respecto a lo que sucede a los conductores, quienes a veces sólo se sorprenden y horrorizan con la desaparición, y en otras oportunidades fallecen a causa del choque del vehículo, tal es el caso de “la chica de la curva” tal como es contada en Portugal. En ocasiones es una chica universitaria con sus cuadernos y todo; en otras es una novia; y en otras una mujer vestida de blanco. Otros lugares en que es conocida y relatada esta leyenda es en la mayor parte de Estados Unidos de América, en México y vasto territorio de América Central, en América del Sur, en España y Portugal.

Yumbina y deseo sexual

Muy bien es sabido el caso de esta droga para la cruza de ganado, que ha sido usada durante mucho tiempo por hombres que, a sabiendas de lo que ocurre en los animales, la usan para dársela a mujeres que obviamente no saben nada al respecto. El método es simple, pero con un fin bastante extremo y pervertido, pues el objetivo es que se desate en la chica elegida un frenesí sexual que no pueda frenar.

La cosa funciona así, llega un hombre solo o en un grupo a una fiesta o algún tipo de reunión en donde haya alcohol, pues así no parecerá raro si una chica se comporta de manera “extraña”, busca una posible víctima mientras se desenvuelve como cualquier otro asistente al lugar, pues no es menester que conozca con anterioridad a la mujer. Una vez encontrada, se acerca a conversar un poco, no mucho, lo necesario como para poder colocarle la yumbina en su bebestible.

Se suministra por vía oral, puede ser un raspado de la pastilla, o un cuarto de la pastilla, pero más que eso sería muy peligroso; la otra forma es en gotas, que no es otra cosa que parte de la pastilla diluida. Luego la chica se beberá su trago, y casi inmediatamente comenzará a sentir un calor insoportable y unas ganas de tener sexo incontrolables. Le da igual con quien sea, pero lleva la ventaja el que le dio la yumbina, pues es el que está más cerca. Después de eso puede pasar cualquier cosa, ya que a la chica no le va a bastar con un sólo tipo, y hará lo que esté a su alcance para satisfacer su necesidad de sexo.

A continuación transcribo seis mini relatos acerca de este hecho:

“Ese de la palanca de cambios ya me lo sabía, pero contaba de una tranquila adolescente hija de un criador de vacas y, pues, tomó la “viagra” para toro, la que al poco rato hizo efecto en ella y ,en un intento desesperado por saciar su apetito sexual y sin pensarlo, se sentó presurosamente sobre la palanca de cambios de un tractor. Un par de horas después, fue encontrada por un miembro de su familia, quien la halló muerta con la palanca de cambios llegándole casi hasta el pecho”. Anónimo encontrado en internet.

“Cuando viví en arica, escuchaba cada cierto tiempo, de los conocidos que hice en el barrio, que  en una antigua población cercana al Morro, una mina, bajo los efectos de la yumbina se empezó a calentar y como el tipo con el que estaba no se la pudo, se metió en su auto y aplicó firme con la palanca de cambios; se supone que el forcejeo hizo que el auto se moviera y se fue por el acantilado pa' abajo y murió”. Anónimo en internet.

“Esto pasó en una fiesta acá en Santiago, en la casa de un amigo de Mario, el que fue compañero nuestro en el liceo; el Mario me dijo que su amigo le contó que un grupo de cabros le dio yumbina a la tipa más rica que había ido al carrete, y que después como de media hora la mina desapareció. Según él, se preocuparon porque pasó caleta de rato sin que ella apareciera; después empezaron a buscarla, porque obviamente querían cachar qué onda con el efecto, y, luego de buscarla por un tiempo, la pillaron en un estacionamiento cercano al lugar, dentro de su auto cabalgando sobre la palanca de cambios”. C.G., amigo mío.

“Sí, hace años ocurrió algo parecido acá en Osorno, muchos años antes de que tú llegaras; o sea yo no lo presencié, pero un amigo me contó que circulaba el rumor en su colegio, creo que era el Carmela, que una chica que estudiaba ahí y era hija de una persona bien importante acá, de harta plata. Ella y unos amigos se fueron a su casa en la playa a carretear, y luego de unos cuantos copetes, cuando ya estaban todos medios cura'os, y como habían ido con la maldad, a la chica le dieron yumbina...uf...este loco dijo que ella andaba vuelta loca, se le estaba tirando encima a todos sus compañeros, hasta que terminó sobre la palanca de cambios del auto de un amigo. No le pasó nada malo, pero todos se reían de la situación”. C.R., amigo mío.

“Esto ocurrió el año 1999, cursaba sexto de preparatoria en el Instituto Don Bosco dela Ciudad de México...con mis amigos Armando, Daniel y Mario...una mañana Daniel llevó un tubo con un líquido rosado, es yumbina dijo. Su plan era ver si funcionaba con alguna compañera para después usarla quién sabe cómo....terminó la clase y la mezcló con una bebida para dársela a una compañera, a quien luego de unos minutos comenzamos a tocar el pelo y dar masaje en espalda y hombros, y parece que hizo efecto, porque se recostó sobre su pupitre y se puso dócil y su piel se tornó de un color rojo. Luego entró el maestro y tuvimos que llegar hasta ahí, así que nunca supe si funcionó o no, al menos Daniel dijo que sí”. Gabriel Revelo, internet1.

“En Frutillar es conocida la historia de cuando, hace algún tiempo, le dieron yumbina a una chica en una fiesta...no sé qué pasó después, pero la cosa es que la encontraron satisfaciéndose en un tractor sobre la palanca de cambios”. A. de la G., estudiante de Castellano.

Yumbina es el nombre popular de un medicamento llamado Yohimbina, derivado de un alcaloide extraído de las plantas y cortezas de árboles de la familia de las Rubaceae, el que en tiempos primitivos  se usó para ceremonias especiales.

La verdad es que lo más seguro es que todo lo anterior sea completamente falso, al menos en los dos casos que me contaron estoy seguro de que nunca ocurrieron. Como es de esperarse, no hay datos concretos que aseguren la existencia de tales hechos, y sólo están avalados por un relato vago y fuentes difusas sin nombres ni acciones completamente comprobables.

Lo real de esto es que la yumbina sí es una droga que induce al apareamiento, pero sólo en ganado y no en cualquier tipo de ganado, sino que esta pastilla es suministrada solamente a las yeguas para inducir el celo cuando entran en lo que se llama celo silencioso, pues se encuentran en condiciones para acoplarse, pero ésta no quiere aparearse. Para el resto del ganado existen otros tipos de estimulantes. Como es una droga para animales, obviamente en humanos los efectos no van a ser los mismos. 

Creo que el interés para usar la yumbina en mujeres, aparte de los efectos vistos en las yeguas, viene porque antes de que existiera el viagra masculino, se usó en hombres como una alternativa para las disfunciones sexuales, sin embargo, nunca se evidenció mediantes estudios o evidencias concretas que dijeran que esto funcionó, por lo que se dice que el efecto que causaba en algunos hombres era lo mismo que “causa” en otros los mariscos, o sea nada a nivel físico sino sólo a nivel mental. 

Lo que sí puede provocar al dársela a una mujer son varios efectos negativos, tales como: alteraciones a nivel de presión arterial, lo que puede ser acrecentado al mezclarlo con café, bebidas cola y bebidas energéticas; alteraciones digestivas, vómitos, diarrea; ataques de pánico; incluso puede causar la muerte.

Burundanga: Pérdida de voluntad y memoria; vía respiratoria, oral y dérmica

El tema presente en la leyenda de la burundanga y los efectos que ésta tendría en la pérdida de la voluntad y de la memoria es uno que hace bastantes apariciones en las leyendas urbanas y mucho más en las de este estilo: hablo del tema del miedo a los extraños, a veces con razón, y otras tantas en forma de un miedo irracional. Un miedo que tiene sus bases en lo que se ha convertido nuestra sociedad, con personas cada vez más ensimismadas y preocupadas de uno mismo y de la familia cercana, pero perdiendo el interés, preocupación y necesidad de interacción con los demás; pero también se puede decir que en esto tiene mucho que ver el temor de una sociedad que se siente insegura y desconfía del vecino, siendo una proyección del miedo que siente hacia el otro, al extraño, al usurpador y al portador de otra escala valórica o, en el pensamiento del temeroso, aquellos que carecen de valores.

Este miedo hacia el otro está íntimamente relacionado con los orígenes de esta leyenda urbana; las personas que perpetran este ilícito pueden parecer personas normales más que delincuentes, pero así y todo no son más que unos desconocidos, personas capaces de hacer de todo para lograr el beneficio propio, incluso a través de estafas y todo tipo de acciones reñidas con la ley. Por eso, no resulta raro que acá también se culpe a la mujer, pues es cuando ésta participa en las estafas y robos que se le da más importancia y se dice que fueron aventuras sexuales que no tuvieron buen fin. Es la mujer la que lleva el peso más grande en nuestra sociedad; pueden decirnos que es el sexo débil, pero son ellas las que deben enfrentar y, en algunos casos, aceptar todo tipo de mentiras e injusticias, pues, como mencioné cuando relaté esta leyenda, aunque no está confirmado lo más probable es que la mayor parte de las “noticias” que hay sobre episodios de burundanga en nuestro país sean falsas, y no sea más que la vergüenza de los tipos para decir que gastaron todo un sueldo en juerga o que perdieron dinero en el casino o que se fueron de farra con amigos perdiendo la conciencia y todo lo que traían puesto en un asalto...pero lo más fácil es colgarse de una noticia que viene de afuera y culpar personas anónimas sin siquiera estampar denuncias.

La droga presente en el imaginario del relato guarda mucha relación con el hecho de la invención de esta leyenda: es posible relacionar la inclusión de la droga con arrojarse a los placeres fáciles, caros pero fáciles, lo que fácilmente puede desencadenar en la pérdida total o parcial de dinero, especies y sentido común; puede ser gente que siente frustración en su casa o en su trabajo, por lo que necesita refugiarse en algo que desaparezca ese estado, y que al mismo tiempo le de una sensación de placer y, luego, de estar haciendo lo correcto; también representa la aparición de problemas, ya sean sociales o económicos, pues siempre cuando hay droga de por medio (aunque sea un caso imaginario como este) existen dificultades que impiden el normal acontecer de las cosas; aunque, a mi gusto, la relación más precisa que se puede hacer con la inclusión de la “droga” en el relato es la de rechazar conscientemente el hacerse responsable de las propias acciones. Es lo más fácil, culpar a los demás por lo que hice mal, así yo no tengo que enfrentar el juicio familiar y social, además -debe pensar el que inventa- no se culpa a alguien con nombre o rostro visible, pues si se llega a hablar del tema, sólo son entregadas características y datos vagos sobre los supuestos delincuentes.



El viejo del saco

Esta leyenda urbana, la que tiene su origen en un hecho real, presenta el tema de los niños en peligro, aunque no de la forma que se da por ejemplo en el robo de niños en los aeropuertos para usarlos para la venta o para la venta de sus órganos, sino que es un miedo que los padres traspasan al niño para lograr un comportamiento deseado. Esto nos dice mucho sobre la forma de educar y corregir a nuestros niños, es decir, pareciera que no existe ni las ganas ni la paciencia de preocuparse realmente por lograr que el chico se coma toda la comida, que se vaya a la cama cuando debe o que no sea atrevido con los mayores, entre otras cosas, y se hace que el chico tenga miedo al “viejo del saco”, quien va a ser el encargado de hacer cumplir el buen comportamiento de los niños, pues si no se los va a llevar y comer.

Además, es posible encontrar en la leyenda el motivo de lo nocturno, pues el viejo del saco no hace apariciones durante la claridad del día, ya que esta figura no tendría el efecto deseado en los niños, pues los chicos se sienten seguros, en compañía y cuidados; es por esta razón que nace en el frío de lo lúgubre y se desenvuelve a sus anchas por calles sin luz, con el oído agudo.

Se mueve durante toda la leyenda en la noche, su abrigo es la oscuridad y es allí donde se siente más cómodo, arrastrándose por las sombras, en donde se transforma en uno con la maldad, la muerte y el miedo a lo desconocido. El niño teme y recapacita al imaginarse a sí mismo llevado por un anciano envuelto en harapos, maloliente, de apariencia oscura, y llevado por este con el consentimiento de sus padres hacia la oscuridad, esa oscuridad que desde siempre ha temido; además ya no es la oscuridad de su cuarto, a la que también teme pero conoce, en cambio esta es una oscuridad doblemente siniestra, pues no sólo es desconocida, sino que además está llena de temores que ni siquiera le es posible imaginar, por ende, sabe que apenas salga a esa oscuridad será devorado inmediatamente por ella.

El viejo del saco es un hombre representado como un anciano que va vestido con ropa muy vieja, lo que en realidad son harapos que lo envuelven y cuelgan. Se podría decir que esto se utiliza como recurso para hacer aún más temible su aspecto hacia lo que sentiría el niño al verlo. Aunque, por otro lado, los harapos hacen que veamos al viejo de otro modo: como el hombre que ha sido castigado por la vida, del que no sabemos mucho, pero se puede suponer que fue golpeado muchas veces; ha sufrido en su mente angustias y heridas de todo tipo; ha tenido una vida de privaciones económicas debido a su pobreza material y a la miseria en que está atrapado.

En el origen de esta leyenda, el “viejo del saco” era un hombre enfermo que fue mal aconsejado y erróneamente hizo algo muy malo para mejorarse. Acá se hace el paralelo con la parte que habla del canibalismo en el relato, es decir, que los padres digan que el viejo se llevará al niño para luego cocinarlo y comerlo no es gratuito, pues ya sabemos que eso hizo el hombre que dio origen a la leyenda; pero aparte de esta razón hay otra que es la simbólica.

Existe una creencia de que si alguien comete canibalismo con una persona sana y fuerte, tomara para sí todo lo bueno de la persona a la que come, llegando a tener un poder que sería imposible adquirir de otra forma; esta toma de energía se realizaría para expandir la conciencia, lo que sería posibilitado por la acumulación de energía que una persona realizaría durante su vida.

Por lo tanto, el viejo del saco necesita limpiar su alma, su mente, sus ropas, y para esto anda en busca de la inocencia y pureza de los niños. Él no está enfermo físicamente como sí lo estaba el viejo original, sino que arrastra otro tipo de enfermedad, viene con la enfermedad que la sociedad le ha otorgado; es un hombre que carga con una misión macabra, encomendada por los propios padres de los niños. Una vez aceptada su misión, se lanza al renacimiento de su espíritu mediante la captura, muerte y alimentación del cuerpo de los niños, lo cual lo llenará de agilidad, fuerza y así, según él, limpiará lo malo en él borrando lo malo en los chicos.

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